Un experimento cruel
Las cadenas que nos condicionan
Este podría ser un experimento muy cruel, por eso, mejor no lo hagas.
Imagínate que le pones un collar eléctrico a tu perro…
y cada vez que se acerque demasiado al límite de tu jardín, recibirá una pequeña descarga que lo hará retroceder.
Al principio, tu perro se sacará de onda y no entenderá qué sucede.
Pero, después de una semana de esta práctica, el cachorro sabrá exactamente hasta dónde puede avanzar sin sufrir la descarga.
Ya no escapará, ni aunque haya 10 costales de croquetas del otro lado de la calle.
¿Te parece cruel?, lo es, y mucho, pero lo sorprendente es que este método se sigue utilizando en la actualidad.
Lo duro es que a ti y a mí también nos han puesto ese collar:
“La letra con sangre entra.”
“El sufrimiento te hace más fuerte”
“Tienes que quebrar 20 negocios para que te pegue uno”
Pero… ¿y si te pudieras ahorrar esos dolorosos toques?
¿Qué pasaría si pudieras aprender sin golpes?
Y por supuesto, ahorrárselos también a tu perro.
Hay una forma de quitarte el collar que te condiciona.
Muy rara y muy loca, pero indolora.
De hecho es deliciosa… yo le llamo SanPerro y va de despejar la mente en la naturaleza.
Porque con claridad en la mente, todo se ve desde otra perspectiva.
Espero verte pronto por alguna experiencia para que sepas de qué te hablo.